(sobre)viviendo el viaje: de viaje por trabajo con PKU

Hace poco os comentaba cómo hacer viajes PKU de larga duración. Ahora me gustaría centrarme en los viajes cortos, pero más que de viajes por vacaciones os querría hablar de viajes por trabajo o en delegación con PKU. Estos son un poco más complicados, porque normalmente no se puede elegir hotel en el que te alojas y la agenda es un poco más apretada, así que a menudo no puedes elegir el lugar donde vayas a comer. Normalmente También porque estamos más obligados a seguir comiendo con otros miembros de la reunión y a veces es más difícil concienciar a la gente de tus necesidades a la hora de comer. Son situaciones poco flexibles que tampoco permiten preparar el menú por la mañana, bien porque no tienes cocina, bien porque no tienes fuerzas, bien ambas.

No estoy por tanto segura que este post sirva para preparar las vacaciones – pero para esto ya tenéis utilísimos consejos de Rodo y de las madres que han compartido con nosotros sus trucos en comentarios a las entradas.

¡Saludos desde Salamanca!

salamanca

Estoy escribiendo este post desde Salamanca, donde me he desplazado esta semana para un congreso por motivos de trabajo/estudio (soy la suertuda que compagina estos dos aspectos de la vida). Es el tercer o el cuarto viaje en un tiempo muy reducido. para la desgracia de mi vida familiar, me toca producir resultados científicos 😉

Estoy en un congreso en el que empezamos a las 9 y acabamos a las 20 hh. en medio tenemos minidescansos y una comida al mediodía. la comida tiene lugar en el campus universitario, donde normalmente hay menú del día y algunas raciones más bien contundentes y cárnicas. Por la noche estamos reventados – mi mocedad está acabando – así que no apetece buscar ningún bar céntrico. Los congresos y reuniones suelen además tener lugar en hoteles, hostales o instalaciones alejadas del centro y próximas a la estación de tren/autobús, lejos del centro…

Normalmente noto que como peor en estas ocasiones. Sin embargo, también que admitir que cada vez me organizo mejor y consigo evitar estar a base de patatas (que inevitablemente caen a veces).

El kit del viajero

¿qué cosas no pueden faltar en tu maleta de viaje?

  • Nunca puede faltar pan. Piensa que siempre apetece desayunar una tostada; los de mayor tolerancia igual optarán por pan normal, pero pensad que de esta manera limitamos el resto de las proteinas que podamso comer a lo largo del día. Pan es una cosa fácil de transportar, y aunque no lo comas normalmente, considera llevarlo contigo porque así podrás comer más, y otra comida es más difícil de llevar.
  • Leche de arroz o baja en proteina en brick pequeño; snack ya sea bajo en proteína ya regular (yo opto por barritas muesli de 1.4 cada, me como una al día a media mañana); pasta de konjac – ya esta hecha y añadirla a cualquier sopa hace el plato más saciante -; son otros imprescindibles en mi maleta.
  • La fórmula: me gusta más la fórmula en polvo, pero para el viaje uso las bolsitas con el líquido ya hecho. Así no tengo que pensar en cuando hacerla.
  • Fruta: la compro nada más llegar, si hay algún lugar cerca de donde nos alojamos.

Comida hecha en casa: ¿Por qué no?

Siempre intento preparar algo llevadero: una empanada con masa dura, o unos «bollos preñaos» o magdalenas con verdura. Son snacks ideales y cuando estás en un bar en el que no hay más que una ensalada, no tienes porqué comer siempre patata para acompañarla.

Pregunta si puedes aportar tu propia comida

Normalmente los hoteles y cada vez más también algunos establecimientos no se oponen cuando les explicas tu situación y les pides que te dejen comer algo de lo que has preparado. Suelo pedir una sopa y una ensalada y luego saco algo preparado antes: justo lo que os he contado.

Ve a tu ritmo de comida:

Muchas veces la gente se ríe de mí y dice que cuando vamos de congresos, como todo el rato. Hay algo de verdad en eso, pues aprovecho mucho los huecos entre seminarios para comer algo. Realmente, no como más de 5- 6 veces al día que dicen que llega a ser incluso saludable. La razón es simple: como no sé qué habrá de comer, prefiero ir con menos hambre y volver a picar una ensalada, o tomar una sopa, antes qe aguantarme toda la mañana y decepcionarme 😉 . Suelo comer mucha fruta y algún qe otro tentempié, tal y como os he contado. También tomo la fórmula de 4 a 5 veces al día, y aguanto mejor.

Pequeñas escapadas:

Cuando estoy muy desesperada por la comida, voy con algún amigo o dos a comer o cenar por mi cuenta. Así ha pasado esta ve enel cuarto día de viaje, cuando ya empezaron a escasear los productos traidos de casa. la verdad es que esta vez he tenido suerte. He ido con mis compañeros del trabajo, gente maravilllosa y muy volcada con mi dieta. Un día sencillamente fuimos por nuestra cuenta a comer en un restaurante chino. Me gusta hacerlo porque siempre tienen mucha verdura salteada, setas, bambú… Y me gustan sus condimentos, así que es una buena escapatoria de la rutina de la delegación.

Lo más importante, no pasar hambre y volcarse plenamente con el encuentro.

con mi grupo de trabajo
con mi grupo de trabajo

Comprueba qué tal lo has hecho:

Me parece muy importante pincharme después de estos viajes. De esta manera sé cómo me he alimentado y tengo la prueba de que lo estoy llevando bien /o no.

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