Primer día

Viajar con PKU

Esta Semana Santa estuve con mi familia en Estonia. Deseo contaros hoy cómo fue nuestro primer día de vacaciones. Fueron 6 días muy intensos. Saliendo de Málaga recorrimos Tallin, Viljandi y Tartu.

En las próximas entradas de mi blog os contaré cómo fue nuestro viaje. Tengo la intención de contároslo con todo detalle. El motivo: lo hice acompañado de mi hija con PKU y el resto de mi familia.

Además, resulta que el principal motivo del viaje no era el mero placer de viajar y conocer este bonito país. Lo hicimos con motivo de un proyecto de investigación que dirijo en la Universidad de Granada. De igual manera que hicimos anteriormente en España, Dinamarca y Estados Unidos, ahora queremos conocer qué saben los padres con hijos con PKU acerca de la dieta baja en fenilalanina.

La primera en la frente: vuelo cancelado

Una de las razones que echan para atrás a muchos padres con hijos con PKU es el de poder encontrarse con problemas durante el viaje. A todos nos preocupa que algo les impidan alimentarse de manera adecuada.

Es una realidad que más de una vez hemos tenido que solventar graves problemas en muchos aeropuertos alrededor del mundo. Así, por ejemplo, recuerdo una vez, hace muchos años, en Zurich un problemón con una mujer del control de seguridad. No nos me quería dejar pasar la comida aproteica de mi hija. Todo ello a pesar de llevar un documento médico certificando la enfermedad e indicando la necesidad de una dieta especial. Tuvimos que esperar a que viniera un responsable o jefe de seguridad para solucionarlo. Perdimos nuestro vuelo y todo se alargó muchas horas por culpa de este inconveniente. No me olvido de ese día ni de la cara de amargada que tenía.

Pero hoy no voy a hablaros de problemas anteriores sino del que nos surgió cuando fuimos a embarcar con Lufthansa desde Málaga a Frankfurt. Con todo preparado para subir al avión, nos informaron de que el vuelo saldría con más de dos horas de retraso. Esto era un serio revés porque perdíamos nuestra conexión para llegar a Tallin en el mismo día.

Lo primero fue que tuvimos que pedir que nos devolvieran la maleta facturada. Necesitábamos recuperar comida PKU suficiente para Emma, así como fórmula especial. Siempre llevo en el equipaje de mano, pero ahora temía que se pudiera perderse la maleta.

Estábamos obligados a hacer noche en un hotel de Frankfurt. Pero desconocíamos si dispondrían de comida adecuada para Emma. Así que me preocupé mucho de inmediato.

Hay gente buena en todos lados (salvo en la India)

Ciertamente, mi horrible experiencia en la India el último verano, me ha enseñado a desconfiar del género humano en general. Sin embargo, no puedo negar que el encargado que me atendió en Málaga en representación de Lufthansa fue un hombre que entendió desde el principio nuestro problema.

No obstante, no fue sencillo llegar a él. Tuve que reclamar poder hablar con un responsable para saber si el hotel al que nos enviaban contaba con frutas y verduras. Les mostré el certificado de mi hija (siempre viajo con él) en el que aparecen las consecuencias de no seguir la dieta adecuada.

El hombre se comprometió a hablar con el hotel y me llamó más tarde para asegurarme que el hotel contaba con un bufé libre con numerosas frutas y verduras. Por si acaso, además, el hombre me entregó varios vales de comida del aeropuerto para que le comprara frutas a mi hija antes de coger el avión.

Bien está lo que bien acaba

Al llegar nos encontramos con un hotel muy bonito, moderno y elegante, en el que mi hija podía comer entre numerosos platos vegetarianos. Ella pudo comer cosas muy ricas y yo pude respirar tranquilo. Además, al día siguiente, el responsable del aeropuerto me llamó para preguntarme si todo había ido bien. Le dije que sí, ya desde Tallin.