Hoy me gustaría hablaros del XVII congreso nacional de enfermedades metabólicas celebrado este pasado fin de semana en Madrid.
Pongo una nota muy alta al resultado final. Personalmente consiguió emocionarme y también ilusionarme. Emocionarme con el reencuentro de viejos amigos e ilusionarme con la historia y el futuro que se manifestó en las reuniones.
El congreso comenzó con la intervención de Federico Mayor Zaragoza, pionero junto con Magdalena Ugarte, en la detección precoz de las metabolopatias en nuestro país. Queda ya lejano 1966, año en el que detectaron en Granada el primer caso PKU en nuestro país. Fue increíble escuchar de primera mano los comienzos de este largo camino que todos juntos estamos recorriendo, ¡me hubiera quedado todo el día escuchándolo!. Sin duda es digno merecedor de la presidencia de honor de la federación que se le otorgo en este acto.

Una vez inaugurado el congreso, Aitor Calero, presidente de la federación, presentó y repartió un decálogo que resume los grandes objetivos que nos hemos marcado para mejorar la vida de los afectados por metabolopatias.
Con Federico Mayor nos fuimos a nuestros orígenes, y con la siguiente ponente, Cristina fillat, genetista, nos fuimos a nuestro futuro, nos habló de la terapia génica, algo que era ciencia ficción en los años 90 y que hoy día se percibe ya como una realidad en un plazo relativamente corto.
Un futuro más inmediato fue presentado por Belén Pérez, quien nos habló de nuevos tratamientos basados en chaperonas.
El Dr. Francesc Cardellach contó como en Barcelona han protocolizado el traspaso de enfermos metabólicos niños (tratados en san juan de dios) al hospital clinic cuando llegan a la edad adulta. Una experiencia muy interesante al ser dos centros distintos y alejados en su ubicación.
Arantxa ruiz de las Eras, dietista, incidió en la importancia de ver como “una buena amiga” a la dieta baja en proteínas no como algo odioso, ya que gracias a ella podemos mantener una buena calidad de vida.
La mañana terminó con la charla de Elia López quien nos animó a poner en práctica nuestra inteligencia emocional, lo importante que es no reprimir nuestras emociones aunque sí lo es saber gestionarlas.
Después de una comida baja en proteínas muy apetecible, tuvimos una charla con Angeles García Cazorla, neuróloga, desglosó las distintas áreas, facetas y habilidades que engloban lo que llamamos coeficiente intelectual.
Con posterioridad hubo una mesa redonda a la que se incorporaron los pediatras Koldo Aldamiz, Mercedes Martínez Pardo y Mariluz Couce, así como Belén Pérez y el bioquímico José Luis Marín en la que, desde sus respectivas especialidades, hicieron una breve exposición sobre los distintos problemas que afectan a los metabólicos y respondieron a las preguntas de los asistentes.
También hubo tiempo de ocio, donde todos los metabólicos pudimos disfrutar de una tarde de painball, tengo que reconocer que al principio me daba un poco de miedo, pero al final terminó siendo una tarde increíble.
Esa misma noche pudimos deleitarnos con una exquisita cena de gala, y posteriormente se organizó una fiesta donde todo el mundo pudo disfrutar hasta que el cuerpo aguantó.