Seguro médico de viaje
Cuando viajo al extranjero siempre me preocupa mucho la seguridad de mis hijos. Esto incluye, obviamente, la parte sanitaria. No hablo del hecho de organizar el viaje y pensar en la comida baja en proteínas que debo llevar. De eso ya he hablado en varias ocasiones en mi blog. Agata también lo ha hecho en varias entradas. No me toca hoy hablaros de eso. Quiero tratar en esta ocasión de si es importante o no tener un seguro cuando nos vamos de viaje al extranjero.
Expondré algunos ejemplos personales de por qué me interesa tanto este tema. En la próxima entrada -para no aburriros mucho ahora- trataré algunos aspectos relacionados con la tarjeta sanitaria europea, lo que os cubre y lo que no. También os daré en la próxima entrada de mi Blog ciertos consejos sobre los seguros privados para los viajes.
Los problemas más comunes
Ya sabéis que viajo mucho. Me encanta viajar. También es de sobra conocido que tengo hijos menores y que mi hija tiene PKU. Por todo ello no viajo nunca sin cobertura médica. Los inconvenientes y los problemas te esperan siempre a la vuelta de la esquina. Es mejor ser precavido siempre.
Muchas veces he tenido que ir al médico en el extranjero. Especialmente me ha pasado cuando eran más pequeños. Resfriados, torceduras de tobillo, picaduras de insectos o rozaduras con plantas tóxicas, son algunos ejemplos.
No importa que metas en la maleta: Dalsy, cremas antiinflamatorias, tiritas, biodramina, estirilizante, betadine, etc. Eso te puede sacar un primer apuro, pero si viajas con niños es muy probable que termines necesitando un pediatra en un momento u otro. ¿Qué botiquín preparar para viajar con niños? Pincha aquí para leer más sobre el tema.
Por lo tanto, ¿es necesario tener un seguro de viaje? Sí, sin lugar a dudas si viajas fuera de Europa. Si viajas dentro de Europa no es necesario en principio. Pero os hablaré más de este tema en mi próxima entrada.
Hablando desde la (mala) experiencia
He tenido en mi vida al menos dos ocasiones en las que me he acordado muy bien del seguro médico. Por un mal motivo y por un buen motivo. Os cuento primero la mala experiencia. Además, es la más reciente.
La última vez fue en estas vacaciones de navidad. Me fui a Estonia y no me llevé la tarjeta sanitaria europea porque no la encontraba. Pensé: “no pasa nada. Estoy muy bien, entrenando muy fuerte para la media maratón de Melilla. Estoy fenomenal. No voy a enfermar”. Pues bien, a la vuelta de mi viaje volví con bronquitis.
Recuerdo la noche antes de llegar que tuve que dormir sentado porque me asfixiaba. Tuve que tomar antibióticos en grandes dosis en cuanto llegué a Melilla porque mi resfriado empeoró de forma alarmante en los días que estuve en Estonia. Llegué a Tallin y el primer día o el segundo empecé con tos. A partir de ahí fui bajando hasta los infiernos de una bronquitis que terminó en neumonía. Aunque la complicación de mi enfermedad no estuvo ya relacionado con mi olvido de la tarjeta sanitaria sino con una grave negligencia médica. Al parecer algunos médicos tienen prohibido auscultar a los pacientes (modo irónico).
Hablando desde la buena experiencia
La buena experiencia tiene que ver con otra ocasión en la que precisé un buen seguro médico y sí lo llevaba. Fue cuando me fui hacer senderismo y montañismo por Islandia. Intenté cruzar entre dos glaciares de nombre impronunciable al final de Landmannalaugar. Me caí y casi me rompí el tobillo. Me perdí y acabé en un refugio sin agua, sin calefacción y sin WC, bajo cero y con el tobillo hinchado como una pelota de tenis. Fue subiendo por una montaña y finalmente precisé un rescate que me costó más de mil euros. Gracias a la cobertura sanitaria que llevaba realmente no tuve que pagar nada. Menos mal, ¿eh?
Un ejemplo más de la importancia del seguro médico
Hace muchos años. Estando en Canadá con mis hijos un insecto desconocido, probablemente una araña picó en la nuca a mi hijo. Cuando quise llevarlo a Urgencias me informaron de que la cola de espera superaba las 24 horas. Afortunadamente tenía un seguro de cobertura médica para el viaje y nos atendieron en un Centro Sanitario a las pocas horas.
Por todo lo dicho hasta ahora mi conclusión es que siempre llevéis un seguro médico de viaje, muy especialmente si viajáis con niños.