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Estimados amigos de antemano me disculpo por la lejanía en este tiempo, quería compartirles el motivo principal de mi ausencia y es que la preparación de esta entrada no solo significaba sentarme a escribir. De pequeña se me fue inculcado siempre un profundo amor por los animales con el cual fui creciendo, razón por la cual mi casa parece más un zoológico, sin embargo, así como me sucedía con las enfermedades metabólicas me cuestionaba si estaba haciendo lo suficiente y sabia muy en el fondo que la respuesta a esto es que siempre se puede hacer más. Creo que todos hemos tenido esos momentos de existencialismo en los cuales nos preguntamos por nuestra real motivación en la vida, momentos de impotencia en los que queremos dejar huella en especial en aquellas causas que han tocado con mayor profundidad nuestros corazones; pero que hagamos lo que hagamos muchas veces parece poco.

En mi país, como imagino sucede en muchos países de latino américa, existen serios problemas de inequidad y muchas veces te vez frustrado al tratar de dar una recomendación nutricional específica, a una familia, que muchas veces no tiene para hacer todos los tiempos de comida que deberían, así que son estas cuestiones las que te confrontan con una realidad y es que cada uno  tenemos que levantarnos en las mañanas a asumir un rol en este mundo algunos para vivir pero otros muchos para sobrevivir.

Con la mayoría de pacientes que conozco y sus familias he establecido a través de los años una relación de amistad, más allá de hablar de preparaciones y alimentos, conversamos de las dificultades del día a día e incluso lloramos con la lucha eterna ante un sistema social, económico y de salud que los ha olvidado más que su propia enfermedad. Y ya deben estar preguntando ¿qué tiene todo esto que ver con la introducción animalista ?. Bueno, pues precisamente hace un par de meses decidí que podía hacer más tanto por los animales como por un grupo de pacientes afectados por la PKU en la región rural de mi país. Se trata de una familia con varios miembros con diagnóstico tardío de PKU cuyos padres trabajan la tierra y con cuya madre tengo una relación de profundo respeto y cariño. Juntos decidimos crear el refugio para animales: Ponte la Patita en el Corazón https://www.facebook.com/Ponte-la-Patita-en-el-Coraz%C3%B3n-486600804877552/ de esta manera ayudamos a los animales que están en situación de vulnerabilidad y abandono y así mismo con aportes del plan padrino de cada peludo ayudamos a esta familia que tanto lo necesita.

Esto lo hemos empezado como decimos en mi tierra con las uñas y con un corazón gigante, con la premisa de : Adopta no compres, si no puedes adoptar, apadrina. Queremos crear conciencia de que no estamos solos en esta tierra y que nuestros hermanos animales necesitan de nuestra mirada compasiva y amorosa, así también nos necesitan quienes trabajan la tierra y que por cuestiones duras e injustas de la vida son quienes tienen las peores condiciones laborales y que en este caso también se ven afectados por una enfermedad poco frecuente.

Este proyecto recién empezó con todas las ganas y el compromiso que puedo dar, en este espacio les iré compartiendo las novedades, alegrías y batallas que libramos cuando hacemos más, cuando damos de todo eso que tenemos para dar.

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Joan Dayanna Pardo Sabogal
Nutricionista dietista de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. Diplomada en Errores Innatos del Metabolismo del INTA de la Universidad de Chile y de la Universidad el Bosque. Co directora del Comité Asesor Científico en Enfermedades Raras (COASER) y coordinadora de nutrición del Programa de Dieta Cetogénica y Errores Innatos del Metabolismo de la Fundación Liga Central Contra la Epilepsia, Directora científica de Imed Orphan para Colombia.
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