México lindo
Como sabéis, desde finales de agosto estoy en México DF, donde me he desplazado por motivos de trabajo. Os mando esta especie de postal culinaria, para contaros qué tal me va por aquí. Vaya por delante que me siento genial en el país, ¡México lindo! La gente es muy amable conmigo y tengo gran ambiente de trabajo en la universidad. Me encanta también la ciudad como tal, viva, vibrante, con un montón de sitios interesantes, y para mí, que no conozco bien la historia de la zona, es todo un descubrimiento.
La comida en México:
Me sorprende cada vez la cantidad de puestos de comida que hay en la calle. México huele a carne encebollada, a tacos y a fruta. Las calles están llenas de puestos con comida caliente, perritos, hamburguesas, pero también papas, patatas fritas, chuches, zumos y batidos, pasas, y fruta fresca. Siempre hay gente comiendo en la calle, y es solo el principio, porque luego hay un montón de bares pequeños, cafeterías, restaurantes elegantes y franquicias de siempre. Por eso me decían en el trabajo que «disfrute de la comida» ;), aunque en su mayoría no saben que eso va a ser algo más complejo que se imaginan… Pero bueno, yo no me quejo, ¡y sí he llegado a disfrutar algo de sabores locales!

En México no faltan puestos de comida, tanto tacos, bocadillos, como zumos, dulces, frutas, patatas y chuchería
Ya sabéis que la comida mexicana tiene fama de picante. Lo adoro. Me gusta mucho la comida sazonada y aquí descubro combinaciones de sabores que me vuelven loca. (y otros no tanto). Una sorpresa grata es la fruta enchilada, se puede comprar fruta fresca en un vaso y te echan chile por encima. Algunas pasas también van con chile. Para mí, ¡la mejor combinación!
Ay, ¡Y las salsas! Las salsas se dividen en picantes verdes, picantes rojas, muy picantes, y luego si eso ya vienen las demás. Disfruto un montón del sabor que dan a la comida, y las uso mucho.
En algún lugar he leído que los productos agricolas básicos de la zona son maíz, calabaza, aguacate, mango… ¡Qué buena combinación! aunque tenemos que tener cuidado con maíz: tiene 3.4 de proteina por 100gr de maíz hervido, me gusta gastar mis 4 gramos de prote de alto valor biológico precisamente en esto. De calabaza se come todo, todo, incluso la flor 😉 La he probado, tiene sabor a alguna hoja verde tipo espinacas, pero no sabría definirla con certeza… También me asombra la variedad de fruta y verdura desconocida para mí, pero no dudo en explorar.

las mil y una variedades de calabaza
Lo que me gusta algo menos son las micheladas, estas cervezas en jarras gigantes a las que se le echa sal, limón, chile, y todo se convierte en una especie de caldo… También hay versiones con toque a marisco, pero he de confesar que no es solo la sospecha de que puedan contener proteina lo que me echa atrás 😉 😉
¿Qué como?
Ya sabéis que me he preparado trayendo pasta y harina. Me hago el pan, y a veces incluso algún pastel, si tengo tiempo. Hago tortitas de cualquier verdura: patata, calabacín, calabaza, hamburguesas de champiñón, brócoli, remolacha… Suelo llevar la comida preparada al trabajo y cenar en casa. Pero, aunque se me olvide, siempre puedo tirar de algunas cosas:
Se come mucha ensalada y verdura fresca y cocida, que me gusta más que frita. Pido ensalada y sencillamente, cuánto me hace falta esto a veces en España, un box de verdura cocida, y puedo elegir salsa. Me ha gustado mucho que mucha verdura cruda se venda ya lavada y troceada en los supermercados, y con salsa al lado, para que la lleves en tu bolso y comas mientras tanto. Vamos, que supongo que se hace en España también, pero la fruta la compro en la verdulería de abajo y no lo sabía. Así que como muchísimos palitos de apio y zanahoria, cosa que no hice en siglos y que me vienen muy bien:
He comido elote, que es maiz cocido, servido en un palo, y untado con mayonesa y algo de chile. Como no puedo comerlo entero, lo comparto, y luego como ensalada, o fruta.
La fruta se vende fresca en unos tarros, me encanta la idea de poder salir y tener siempre el tentempié al alcance de la mano. Me resulta muy interesante ir por el mercado, que se celebra en mi barrio todos los miércoles e ir probando fruta, porque la mitad ni las conocía antes.
Recurrir a patatas siempre es una opción también, pero no abuso de ella. Hay muchos tubérculos además que desconozco, pero que me tientan mucho. Ahora que ya tengo la tabla con valores de productos locales, podré experimentar más.
He probado nopal, que es el cactus que da de sí los chumbos (aquí se llaman tuna). No, no la fruta, el cactus- cactus 😉 Vamos, que es así:

Se come tanto la parte verde (nopal) como la fruta, que aquí se llama tuna y que nosotros conocimos como chumbos
Y se prepara así:

Nopal preparado en un plato (es orientativo, este plato lleva carne, pero para haceros la idea cómo queda)
Tiene sabor muy delicado, a la vez se parece un poco… ¿al espárrago? no sé. Se vende ya pelado y a veces troceado en los supermercados y las verdulerías.
Alguna vez he probado tortillas de maiz, con los que se prepara tacos. Nunca lo he hecho fuera de casa, porque no sabría calcular la proteina de los ingredientes que lleva, muchas veces desconocidos. Pero sí lo hice en casa:
Una tortilla tiene en torno a 1 gr de proteína: si os lo permite vuestra tolerancia, animaros, porque queda rico. También una vez la señora que se ocupa de la residencia decidió prepararnos la comida casera. como le había comentado mis problemas con la dieta, me preparó unas quesadillas mezclando la harina de maiz (para conservar el sabor) con harina sin proteina, rebajando así el contenido. El relleno lo hizo con champiñones, y quedó riquísimo. Solo os saco esta mísera imagen, ¡porque me las comí en seguida!
También me entantan los zumos, mezcla de todo, frutas y verduras, combinaciones exrañsa de dulce con agrio o salado… Se venden en TODOS los lados, vamos, no hace falta decir que me volví adicta… Agua de sabor es agua con un poco de zumo de alguna fruta, mientras que los zumos propiamente dichos son exprimidos o batidos al instante, frescos y listos pa beber.
Pequeños problemas:
En cada sitio nuevo siempre tienes que estar un poco más alerta… Siempre leer las etiquetas y no dejarte llevar por «ya conozco esta marca». A mí me han pasado dos cosas, pero me di cuenta rápido.
La primera: fui a un supermercado, de estos grandes, para ver lo que podía comer de allá. Había leche de arroz, coco y almendras, había batidos, fruta etc. Me acerqué a los lácteos sin grandes esperanzas y de primeras me encontré con un queso vegano. ¡2 gramos de proteína! – ponía… me entusiasmé mucho, solo para ver después que no eran 2 por 100 gr, sino 2 por loncha. Así que primera nota mental: siempre mirar la cantidad de porción a la que se refieren los valores nutricionales, ya que en la mayoría de los casos no hay datos por 100gr, sino por porción. que peude ser de 10, 40 o 150 gramos, según el producto.
La segunda, cuando buscaba algo dulce de comer. En un montón de sitios veía gelatinas de todos los colores y sabores. Tentaban. Así que al final me acerqué a la estantería y busqué cosas. Había varias de distinto contenido proteinico. Vi unas que tenían 2 y al leer la etiqueta vi que contenían «grenatina» como sustancia gelificante. No sabía lo que era, así que me las compré, pero al llegar a casa leí que se trataba de un producto a base de gelatina.
Ahora bien; con gelatina el problema es que tiene tantísima phe al 100gr que aunque me digan cuanta proteina tiene producto que la contiene, no me convenceré a comerla (Aparte de que el proceso de obtenerla es la cosa más asquerosa que he visto jamás). Así que, ¡gracias gelatinas! Sé que hay agar agar por aquí, así que si me apetece, me las preparo.
Mis aventuras siguen. He conseguido ir a medir los niveles (ya os contaré el trato excelente que recibí en el Instituto Nacional de Pediatría, que amablemente me recomendó la Asociación Mexicana de la PKU (podéis acceder aquí en su sitio) ¿Cómo creéis que estarán? 😉 yo ya lo sé, porque me llegaron en 3 días, super rápido e infinitamente mejor que en mi hospital de referencia. Además tuve oportunidad de conocer a una madre luchadora, que mueve cielo, tierra y lo que haga falta para que a su hijo PKU no le falte de nada. Pero esto… os lo contaré en próximas entregas 😉
Gracias por compartir tan grata experiencia.
Hola ágata me encanto escuchar que te gustaron las salsas delicioso los nopales también y que gustos que ayas ido al instituto de pediatría INP ellas muy bonitas personas y buenas sigue disfrutando que te falta hay mucho más en México en sus comidas cada Estado de México tiene sus platillos y son riquísimos saludos
Muchas Gracias, Sinai, la verdad que me siento muy bien, la comida está deliciosa. Y el equipo de INP es encantador, ya lo contaré en el próximo post. Un abrazo y una pena que no coincidamos esta vez. Pero otra vez será!
świetne 🙂 perfecto 🙂
Pyszne 😉