La Convocatoria
Tras la Semana Santa, mi hija Emma, que como sabéis tiene PKU, fue convocada en la selección melillense de fútbol. Ella juega como portera en el equipo de La Espiguera. Sigue así la tradición de jugar en la misma posición que su abuelo Juanjo, su tío e incluso su padre de jugar al fútbol y hacerlo bajo los palos.

Se fue con la selección melillense de fútbol a competir en el campeonato nacional de fútbol femenino en la categoría Alevín. Fue su primer viaje sola y su madre y yo estábamos preocupados por mil cosas, como podéis imaginar.

Nuestros miedos
No es el hecho de que mi niña viaje tan lejos sin nosotros (eso es algo que tenía que pasar tarde o temprano) sino la preocupación de si ella sería tan responsable, estando sola, de tomarse la fórmula especial y seguir la dieta PKU a raja tabla.
Su madre y yo la hemos educado desde el principio en que la dieta es sobre todo su responsabilidad, así que nunca hemos tenido problema en este sentido. Sin embargo, una cosa es decirlo y ver lo que come a diario y otra muy distinta que ella se autogestione su alimentación durante 4 días.

Hicimos lo que cualquier padre/madre preocupado haría y nos reunimos con el responsable de la expedición, con su entrenador e incluso con el responsable de la Federación Melillense de Fútbol. Él nos puso en contacto con la médico de la Federación Madrileña de Fútbol que iba a ser la responsable de este tema en el campeonato nacional. Les informamos a todos de las características de su enfermedad. Además, hablamos con el chef del hotel y le dijimos lo que podía comer y lo que no.
Todo fue perfecto y mi hija lo hizo todo correcto. Fue responsable y se tomó su fórmula todos los días. Tengo que decir que su entrenador, Ramón, estuvo vigilante de que cumpliera con sus obligaciones. Salvo un día que se hinchó de patatas fritas, por lo demás, cumplió perfectamente con lo que esperábamos de ella.
La Conclusión
Fue una experiencia preciosa para mi hija e inolvidable. Se lo pasó genial y disfrutó y aprendió muchísimo. Cuando le pregunté qué era lo mejor de todo lo vivido me dijo: la fiesta que hacíamos en las habitaciones con nuestras chucherías y corriendo por el pasillo. Me alegré mucho de que sepa ser una niña y disfrutar. La PKU restringe la alimentación, nada más.

Por cierto, en el campeonato quedaron las últimas de su grupo, pero fue lo de menos. Se esforzaron y jugaron con ilusión. Además, en su grupo estaba la que finalmente fue la campeona de España: la selección de Madrid.
