En esta entrada voy a hablar sobre las etiquetas, todos sabemos lo que son, pero, ¿sabemos interpretarlas adecuadamente? Espero poder solucionar algunas dudas que se puedan tener al respecto, y poco a poco poder ir analizando etiquetas de diferentes productos.
En este caso haré una “nocilla” a la vez que explico los pasos a seguir.
Si conseguimos interpretar de una forma adecuada esta información unas veces encontraremos productos que podremos incorporar a diario en la dieta por su bajo contenido en proteína, otras encontraremos alimentos que nos servirán para poder darnos caprichos de vez en cuando ya que su contenido de proteína no será tan bajo como los mencionados anteriormente.
Es fundamental que tengamos en cuenta la fecha de caducidad, ésta a veces viene muy escondida pero sobre todo hay que tenerla en cuenta si son productos que vamos a usar de vez en cuando, igual no es muy rentable comprarlo para comer solo un trocito.
Para seguir investigando sobre si podemos o no podemos consumir ese producto es fundamental la información nutricional, ésta siempre viene expresada sobre 100g. Tendremos que fijarnos en la proteína que la encontraremos siempre al final de la tabla, si presenta unos valores bajos continuaremos leyendo los ingredientes del producto.
Este producto me interesó porque tenía valores proteicos inferiores a 3.
En cuanto a los ingredientes comentar que la mayor parte de las veces la información no es completa, ya que te ponen el ingrediente que lo compone pero no la cantidad.
Todos los ingredientes se reflejan por orden descendente según la concentración, por lo tanto el primer ingrediente es el que se encuentra en mayor cantidad y el último en menor proporción. Entonces en nuestro caso nos interesa que el ingrediente proteico se encuentre entre los últimos puestos.
Aquí podemos observar que el principal componente es el azúcar , seguido de grasas (aceites de colza y palma, en este orden) todos estos componentes, los más importantes en el producto, carecen de proteína. A continuación vendrían ingredientes que sí tienen proteína, pero podemos ver que las cantidades de estos son muy pequeñas. Es por eso que este producto, a diferencia de otras cremas de cacao y avellanas, tiene poca proteína.
Sería un producto que, en mi caso, me puedo permitir el lujo de consumir de vez en cuando y de forma moderada.
En caso de dudas el producto suele acompañarse de un teléfono, página web, e-mail…al que podremos recurrir por si tenemos alguna cuestión que deseemos plantear.
Excelente publicacion.